Unas palabras de agradecimiento

Unas palabras de agradecimiento

Me gustaría acabar el año, este año 2015, con unas reflexiones personales de agradecimiento a los seguidores de este blog.

Quizás para algunos de vosotros pueda estar siendo un año difícil, o quizás para otros no tanto, para mí lo está siendo. Está siendo una etapa final llena de cambios, dudas, donde al parecer todo está dejando de funcionar tal y como lo estaba haciendo hasta ahora, donde la fuerza de la vida me está poniendo entre las cuerdas. Me está acorralando y empujando hacia algún lugar que todavía no sé. Y me permito estar en esa incertidumbre, sintiendo qué me pasa en este lugar, qué más necesito para salir de aquí. Siento que todo está muriendo, como el año en el que estamos, que está a punto de morir para dejar paso a uno nuevo. Nada parece funcionar como la ha estado haciendo hasta ahora, sin esfuerzo, todo está encallado y chirriando. Y me temo que el que está encallado soy yo.

Siento que estoy en un atolladero, un embudo, un final de camino donde no hay salida, donde sólo ya queda una decisión: Saltar al vacío, arriesgar. Y digo riesgo porque si no es con él, la única opción es seguir con lo ya conocido, con lo que está viejo y caduco en mí y lo que ya no me satisface ni me sirve. Poco a poco voy tomando conciencia y fuerza, me voy energetizando, y mis miedos e inseguridades me van martilleando. Aún y así, sé que debo seguir adelante, arriesgarme para no dejar que mi vida se convierta en la vida de un muerto viviente, encarcelado por las obligaciones y la moralidad de una sociedad que me obliga, quiero salir de la famosa zona de confort, no convertirme en un ser momificado por los miedos y por no ir hacia lo que me satisface plenamente.

En esta etapa me doy cuenta de la fuerza de la vida, y de la fuerza que puede imprimir el ser humando con su voluntad de ir en contra de la corriente, con la única finalidad de no aceptar ni soltar lo viejo, no aceptar los cambios, las pérdidas …  o simplemente por quedarse quieto y no hacer nada, que es una actitud mas en contra del avance, la no decisión ni aceptación de lo que hay y lo que nos llega a nuestra vida, que aunque no queramos y por mucho que nos pongamos de culo, la vida nos las va a poner delante sí o sí, nos pongamos como nos pongamos. No hay un camino, tú decides tu camino al caminar. Y no aceptar, es no caminar, no avanzar hacia lo nuevo que la vida nos trae.

Así pues, como dice serrat:

Caminante son tus huellas el camino y nada más
Caminante, no hay camino se hace camino al andar

Al andar se hace camino
Y al volver la vista atrás
Se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar
Caminante no hay camino sino estelas en la mar

Y el camino que he empezado este año, el de llevar a cabo este blog para dar a conocer mi trabajo como terapeuta y mis ganas de ayudar a los demás, en la medida en la que pueda. Y me siento satisfecho de mis primeros pasos en este terreno y voy a ir poniendo más fuerza en ello, porque que me permitáis ayudaros es de agradecer ya que al mismo tiempo me estoy ayudando a mí. Para este nuevo año voy a ofrecer 2 grupos de trabajo, uno el de trabajo personal en grupo a través de los sueños, y otro un taller mensual de temática variada, donde ya os iré informando, os puedo adelantar que el primero será sobre el duelo y las pérdidas.

Me siento profundamente emocionado al ver que el blog recibido más de 2200 visitas en su primer año de vida, mi último post se ha visto más de 1100 veces en facebook y ya somos 90 seguidorres en mi página de facebook. UAUUUUU, y todo es gracias a vosotros. Así que una vez más GRACIAS en mayúsculas. Gracias por leer, y a los que no las hayáis leído también os doy las gracias porque se que estáis ahí.

Un fuerte abrazo, para todos, aunque no os conozca. Y una cosa más, que a mí me sirve y os la digo por si a alguien le puede servir: No hay lugar, no hay mapa, no hay ningún camino marcado, no existe sólo un camino, no hay sólo una meta, no hay sólo un objetivo, no hay un fin ni un lugar al que se debe llegar de una determinada manera. El camino eres tu. ¿Por dónde quieres caminar?¿A donde quieres llegar?¿Cómo quieres ir hacia ese lugar?¿Cómo te sientes si miras atrás y ves el camino que has recorrido?¿Te sientes satisfecho?¿Falta algo?¿Sientes que estas andando por un lugar que no quieres?¿Sientes que no estás andando?

Al igual que este año está terminando, muchos otros van a ir terminando hasta que tarde o temprano tu vida también termine. Y cuando esto suceda, porque va a suceder, qué quieres llevarte de todo lo que has vivido? Cuando mires atrás y veas el camino recorrido, ¿qué te va a quedar? El dinero no te lo vas a poder llevar, ni las casas, ni los coches, ni las cosas materiales. Lo que sí se irá con tigo es lo que puedas llevarte dentro de tí. Los sentimientos internos que tengas. ¿Quieres irte sintiendo que has echo lo que querias? ¿Quieres irte sabiendo que has demostrado lo que sentías? ¿O quieres irte dándote cuenta de que te has protegido y te has expuesto muy poco? Arriésgate en la medida que puedas, siente, expresa, ama, besa, abraza, transmite, enfádate, sonríe, pero sobretodo hazlo con conciencia y sintiendo lo que haces,  presente en cada momento.

Piénsalo… es lo que te vas a llevar!

¡FELIZ AÑO A TOD@S!

 

Invierno

Invierno

Y ya llegó. Sí, el invierno.

Ya se han caído todas las hojas, sólo queda el tronco. Toda la parafernalia que adorna al verano, la energía, las ganas de estar al aire libre, el contacto y el compartir con la gente, la luz hasta prácticamente entrada la noche, el calor, se acabo. La naturaleza va muriendo poco a poco, la oscuridad apremia, el frío nos envuelve y todo se retrae. El oso hiberna, así como los roedores, las hormigas y mucho otros insectos y animales de sangre caliente entran en un estado de letargo, inmersos en sus cuevas o madrigueras. Y como animales que somos, creo que deberíamos permitirnos el hecho de no ir contra natura.

img1Ayer entro el solsticio de invierno (21 de Diciembre) en el hemisferio norte, y con él, la llegada oficial del invierno y el día mas oscuro del año. Y es una fecha celebrada por muchas culturas, y que tiene una gran connotación simbólica y una fuerte conexión con lo mitológico y lo psicológico. Entramos en un periodo de oscuridad, de introspección y recogimiento, que permite la renovación y el posterior ascenso de la luz, siendo un ciclo normal de la naturaleza, y del cual antiguamente, el hombre sentía la necesidad de participar. Participar es dejarse entrar y caer en eso, en la oscuridad, en la introspección, en la muerte, morir para que pueda cumplir su propósito el ciclo natural de la vida. Y es que la vida, no sería vida si no hubiese muerte. Y el resurgir no seria resurgir si no resurgieramos de la muerte, por muy pequeña que sea, pero muerte.

Ésta es la que nos sobreviene ahora, la muerte simbólica, o no tan simbólica, de una etapa, que a demás coincide con la muerte o el final de un año, donde si siguiéramos al arquetipo toca la retirada, o como bien dice la gestalt en su ciclo de contacto-retirada, toca el retiro para profundizar con uno mismo, la introspección y asimilación de lo vivido, nutrirse de todo lo experienciado y poder asimilarlo de una forma sana, integrando las vivencias y poder acercarnos un poco mas a nuestra alma, y así soltar el contacto y llegar al reposo. ¿Qué hemos vivido? ¿Cómo lo hemos vivido? ¿Qué hemos aprendido? ¿Qué es lo que ya no nos sirve? Y soltarlo. Quedarse con lo nutritivo y aceptar que se terminó. Y que esta etapa con todo lo que consigo ha traido, ha llegado a su fin.

Es momento de dejar partir situaciones, vivéncias, estados de ánimo, apegos, trabajos, ideas, luchas, esperas, relaciones … y aceptar sanamente ese fin, aceptar el dolor que existe en cada pequeña cosa que muere, porque no aceptar el fin de esas pequeñas cosas es lo que nos genera el sufrimiento, el dolor que sentimos al no avanzar. Porque al final la vida, el camino, es eso, avanzar, y si no avanzamos enfermamos. Y por miedo al dolor de la muerte de una situación, de un estado personal, de una relación, por no asumir ese riesgo, nos perdemos las potencialidades que se generan para nuestra vida y nuestro avance, quedándonos encallados en asuntos inconclusos.

Podemos imaginar que en el solsticio invernal nosotros también hacemos el viaje del Sol, descrito por tantos mitos, hacia el inframundo, donde muere ante las fuerzas de la oscuridad y entierra sus huesos en la tierra para luego surgir otra vez y continuar su ascenso hacia el cenit veraniego. En este proceso hay una alquimia primigenia, cuya observación nos conecta con el instinto de los animales de reservar sus energías en invierno.

El solsticio invernal es también la llegada del signo terrestre de Capricornio, que significa la paciencia, el trabajo y la preparación de la tierra para que retome las cualidades primeras que le permitirán más tarde florecer. Capricornio está regido por Saturno; es seco y frío y dominado por el humor melancólico. Es un signo y un tiempo asociados a la enfermedad y a la depresión. Pero más allá del rechazo inicial tan propio del cristianismo, donde la muerte y la depresión no tienen valor en sí mismas, este temperamento melancólico es históricamente el signo del alquimista, del laborioso y estudioso hombre que logra penetrar la profundidad del misterio. Escribe James Hillman, el psicólogo estadounidense que tomó la estafeta de Jung e hizo que su obra descendiera a lo que John Keats llamó “el valle de Forjar Almas”:

Y, sin embargo, a través de la depresión nos adentramos en lo profundo y en lo profundo encontramos alma. La depresión es esencial al sentido trágico de la vida. Humedece el alma seca, y seca el alma húmeda. Trae refugio, límite, foco, gravedad, peso y humilde impotencia. Recuerda a la muerte. La verdadera revolución empieza en el individuo que puede mantenerse fiel a su depresión. Ni extraerse a uno mismo fuera de ella, atrapado en ciclos de aliento y desesperanza, ni sufriéndola hasta que cambie, ni tampoco teologizándola–sino descubriendo la conciencia y la profundidad que quiere. Así inicia la revolución de parte del alma.

Al terminar el año suele aparecer un estado de recogimiento e incluso una depresión natural, y la entrada del planeta de la melancolía y las dificultades que deben sufrirse para crecer. Y no por ello estoy diciendo que nos apartemos de la vida o que entremos en un sendero sin vuelta atrás, sino que la conjunción de los opuestos es lo que aporta salud y bienestar, así no es de extrañar que la propia muerte aporte vida. En ese descenso a lo oscuro de uno mismo es donde florecerá la semilla de la vida, florecerá hacia el esplendor del verano germinando en un inmenso espacio vital, vacío y dispuesto a llenarse de vida de nuevo, de la alegría que aporta la luz, ya que la vida y la luz son místicamente sinónimos.

imageY aquí viene nuestra cultura con la Navidad, y quizás por esto nos adornan con infinidad de luces las calles y los árboles, porque estamos en época de oscuridad y recogimiento y a nuestra cultura y sociedad consumista le interesa que salgamos a la calle, que compremos, que estemos felices, en definitiva que no estemos en contacto con lo que de fondo se nos está moviendo.  Y digo yo, que tal si nos permitimos estar como estamos, mostrarnos tal cual como nos sentimos y dejamos de actuar como supuestamente la sociedad nos indica o como creemos que la gente va a valorar más. Que tal si nos permitimos este estado de hibernación e introspección, que tal si nos permitimos estar y mostrarnos tristes, estar con nosotros mismos, cuidándonos y dándonos el cariño y atención que necesitamos. Que tal si nos permitimos vivir nuestra vida a nuestra manera, tal y como la sentimos en cada momento? Que tal si nos permitimos la tristeza en lugar de la falsa alegría que promueve la Navidad y que no hace más que esconder una falsa felicidad y una superficialidad exagerada?

Qué tal si en estas fiestas, te permites expresar lo nunca dicho. Qué tal si te das permiso para ser como eres y actuar en consecuencia. Qué tal si en estas fiestas, te recoges con tus seres queridos y permites que te vean tal cual eres, porque así, aunque te cueste, serás mas tú, sentirás más confianza en tí y en los demás, y te sentirás más libre, ya que no deberás ocuparte de esconder nada.

La mayor parte del texto proviene de la fuente original: http://pijamasurf.com/2015/12/solsticio-de-invierno-2015-una-reflexion-sobre-la-muerte-del-sol-y-el-renacimiento-del-espiritu/

Madre, deseo, mujer y apego

Madre, deseo, mujer y apego

En el hombre, hay mucho apego a la figura materna. Esa relación con la madre, puede que sea muy nutritiva, a no ser que esa relación haya sido invasiva por por parte de la madre en la infancia del varón.

La madre debe representar la aceptación, la contención y la protección al niño.

Una vez que el hombre ha conseguido liberarse de la madre, de la relación de dependencia o apego con la madre, hay una tendencia en ver a la mujer como un objeto sexual, sin interesarle mucho mas todo lo que pude ofrecer una mujer.

Es como parte del proceso madurativo normal. Aunque en lo neurótico se producen estancamientos. Como Don Juan, que se atascó con Elena.

Cuando se logra sobrepasar esto, el hombre empieza a ver a ver a la mujer como fuente de crecimiento, como persona, empieza una relación nutritiva más de tú a tú.

Se puede vivir siempre con la intención de satisfacer a la madre, y no se satisface nunca. Ese sentimiento nunca se puede resarcir intentando complacer, y menos habiendo tenido una madre victimista que hace aparecer sentimientos de que haces sufrir a tu madre.

Al vivir con una madre víctima, el hijo aprende a vivir pendiente de satisfacer, vive sintiéndose culpable y luego va por la vida intentado satisfacer a la mujeres. Además, luego aparece una fuerte rebeldía contra la mujer, ya que es su fuente de culpabilidad, sufrimiento e invasión. Y a eso, además, puede añadírsele la aparición de la falta de deseo, que no es mas que una agresión contra la mujer.

Vendría a ser algo así como la creencia interna de que la mujer espera cosas de mi, y que si no las cumplo algo malo va a pasar. De esta manera y para evitar conflictos con ella se sigue esta dinámica de complacer-castigar. Aunque así, evitando confrontar los conflictos, éstos aparecen luego de forma indirecta.

Ése es el proceso de maduración del hombre en relación a la mujer, los estadios para la maduración personal del hombre en relación con lo femenino, con la mujer y con la relación con ese aspecto tan necesario para la vida, la propia ánima (mujer o aspecto femenino interno) dentro del hombre.

El arquetipo del ánima en el hombre, como propuso Jung, representa lo eterno femenino en el inconsciente de un hombre. La importancia del ánima es fundamental puesto que para un hombre abre potencialmente una vía hacia el si mismo, hacia su proceso de evolución e individuación. Jung destacó cuatro estadios en el desarrollo del ánima ligado al proceso de individuación:

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Eva, donde el ánima se confunde con la madre personal

 

 

 

286px-Helen_of_Troy Helena de troya, donde el ánima se confunde con la mujer como ideal sexual y erótico

 

 

 

 

 
gallery6-20María, donde se establece el vínculo de lo femenino con lo religioso en una especie de maternidad espiritual y la visión adulta de para establecer relaciones duraderas.

 

 

 

 

 

tumblr_nqhzc7YONV1rct3byo1_1280Sofía, llamada en la biblia sabiduría. El ánima es ya decididamente el guía interno que se convierte en el intermediario entre la consciencia y el inconsciente.

Amor

Amor

IMG_2109Amor es aquello que queda después de la travesía por el deseo y el odio

Amor no es deseo.
Deseo es lo que SÍ de ti.
Odio lo que NO de ti.
Cuando puedo manejarme en una relación así,
en la que SI de ti,
lo que deseo de ti, lo que me gusta de ti,
y en lo que NO de ti, con lo que no me gusta de ti,
entonces y sólo entonces, puedo llegar a amarte.
Albert Rams
Palabras para uno mismo

Palabras para uno mismo

Qué tendrá la muerte que cuesta tanto de aceptar.

Qué tendrá el fin, o los finales, que por mil millones de razones que podamos tener, siempre existe alguna que nos encegamos en agarrar, en defender, para no aceptar el cambio, para no rendirse, para no dejarse llegar el ya no mas, de una situación, una relación, una persona, una actitud. Quedarse aferrado y no aceptar lo que es, es también no aceptar el camino, el cambio,  no aceptar el propio proceso de la vida, el viaje a seguir, es no permitir un nuevo nacimiento a algo distinto.

Todo lo que nace muere, sólo es cuestión de tiempo. La vida es un maravilloso regalo temporal, y cuando recibimos un regalo debemos ser agradecidos. Y puesto que todo regalo de vida viene con fecha de caducidad, cada momento es valioso.

imagesCualquier pérdida, sea cual sea el nivel, es un acto que uno mismo debe afronta en soledad y con mecanismos propios. Quién sabe, quizás el apego a lo conocido y a saber que ya no será igual nos hace aferrarnos. A saber que ineludiblemente se produciría un cambio y que hay que seguir, adelante, con el dolor, asumiendo la falta y el vacío que se genera. No ha podido ser, no se ha coincidido, y no te culpes, ni te exijas, ni dejes que te culpen ni te exijan ser lo que no eres porque las cosas son entre dos. Y el difícil tránsito por el dolor generado, va a quedarse sólo en eso, en dolor, si realmente te permites vivir plenamente tu experiencia, si te permites procesar el duelo y si te entregas por completo a él, al dolor, y lo transitas con dignidad, aceptando tu vulnerabilidad y tus sentimientos hasta que un día, ese dolor ya no esté. Parece difícil de creer que permitirse estar en eso, en la tristeza, el dolor, la angustia, o lo que a cada uno le acontezca, va a conducirte a estar mejor algún día pero así es. Si dejas que el dolor se enquiste, se convertirá en sufrimiento. No soltar, no comprender, no aceptar, es lo que te deja en la lucha para no sentir el dolor. Y es que lo que hay que ver es que por muy doloroso que pueda parecer, cualquier pérdida conlleva intrínsecamente una ganancia, por pequeña que sea. Y eso, con eso es con lo que hemos de seguir adelante en nuestro camino, en lo que nos llevamos de lo vivido y no lo que nos ha faltado.

Y ya que hablamos de amor, o aunque hablásemos de otra cosa, hablaremos también de la carencia. La carencia afectiva, el egocentrismo y la ansiedad.

El egocéntrico se transporta a lo infantil, y está siempre en la búsqueda de afectos, es siempre el niño carente. Siempre está a la búsqueda de la calidez del refugio en el amor ajeno. Más que amar propiamente dicho, es decir buscar el bien del otro en sí mismo, está a la búsqueda de la  protección que brinda el amor ajeno. En ese rédito de protección se busca la seguridad. Hay  una especie de necesidad de los réditos o frutos del amor para confirmar la propia personalidad. Esto de algún modo sucede con cualquier persona, cuando el amor es correspondido, la valoración de sí se expande (“me agrando”), en razón proporcional a la expansión del propio ser causada por el amor, y se alcanza una mayor confianza en sí mismo y seguridad. Sin embargo, el egocéntrico invierte el orden dejando de lado el orden natural del amor, que es: amar primero el bien del otro en sí mismo y después amar los bienes que de ese amor le siguen. En el caso del egocéntrico, de algún modo, primero pone los bienes del amor, de modo que el amor se contamina de interés, es decir de usar al otro para obtener un bien personal. En otras palabras, busca obtener el rédito del crecimiento de la confianza o del refugio, por medio de un crecimiento de la valoración de si mismo artificial, que se da sin un crecer y expandirse en el ser realmente, porque no hay un auténtico acto de autodonación. De aquí se entiende que ansíe sentirse amado, y lo único que busque es satisfacer ese sentimiento. Esto es evidentemente una especie de carencia. El amor es donación no carencia. Cuando uno busca a alguien que ama es para hacerle el bien a la persona que ama y haciéndole el bien a la persona que ama uno se hace el bien a sí mismo. Si se invierten los papeles y primero se busca sentirse querido, que es algo más periférico y consecuencia del amor verdadero, para después hacer el bien a la persona que se ama, no voy a decir que deja de haber amor, en alguna pequeña medida algo de amor permanece, pero ciertamente no se encuentra en el más puro de los estados, sino que está mezclado con egoísmo.

Consecuencia de esta carencia afectiva es también una actitud teatral, artificial, frente a la vida. La necesidad de afecto los empuja a aumentar o teatralizar las dificultades propias,  enfermedades, desengaños, etc. Hay una necesidad de atraer el afecto ajeno, no existiendo otro medio mejor, al menos por medio de la compasión. En casos más graves, el histérico puede hasta fingir la enfermedad. Esa actitud teatral los lleva a desear mostrarse delante de los otros como víctimas. Sin embargo, ese hecho se descubre en el modo y en la intensidad que exponen su situación. Siempre resaltando los aspectos negativos, disminuyendo por contraste los positivos. No piensan en lo que se puede aprovechar de la situación, sino que le imponen a la situación un todo o nada que la situación ciertamente no puede satisfacer, y que lógicamente conduce a la inacción. Resaltan habilísimamente de un modo velado e indirecto el papel de la fatalidad en todo lo que les sucede, son eternas víctimas de la vida, o de las circunstancias. Ese hecho de resaltar la fatalidad lógicamente los libera de responsabilidad frente a la situación propia, y como están libres de responsabilidad esto conduce necesariamente a un dejarse estar, dejarse llevar por las vicisitudes de la vida, sin jamás tomar el toros por las astas, porque finalmente no son culpables en nada de lo que les sucede.

Otra característica egocéntrica e infantil es la ansiedad respecto de las cosas. Actitud típicamente infantil es aquella de “lo quiero YA”. Es algo absolutamente comprobado la ausencia de paciencia en la sicología infantil. Nada más terrible que tener que estar en una sala de espera de un médico aguardando un par de horas acompañado por niños, o hacer un viaje en auto de largas horas escuchando:¿cuanto falta para llegar?. Ahora bien, decíamos anteriormente que el egocéntrico quisiera que el mundo fuese como un juego, es decir con reglas que fueran puestas por él mismo, y si las cosas no salen como él quiere, podría modificar según la propia voluntad el juego. Hay en esto un cierto irreal deseo de omnipotencia, que todo se someta a la propia voluntad. A causa de ese deseo de sometimiento de la realidad a su voluntad se vuelve incapaz de respetar los tiempos, en cierto modo naturales, que impone el obtener cualquier cosa. De hecho, vivir en el tiempo es una consecuencia de nuestra limitación humana y debemos aprender a respetarla con humildad. No querer respetar los tiempos de cualquier proceso de plenificación es clara señal de ansiedad y egocentrismo.

La cursiva es de la fuente original

Ropa-hombre-y-mujer-recortada-Trab-e1288396598857Digo yo que lo que habría que preguntarse es qué pasa que todo lo que sucede en mi vida va conmigo? Qué importante me creo yo que todo me pasa a mi? todo confabula en mi contra, todo me afecta, a lo personal, a mi persona, sólo me veo a mí, nadie me quiere como a mi me gustaría, no me comprenden, no están por mí. Todo eso no es mas que estar fuera de ti, buscar en un sitio equivocado el llenar algo que falta en ti, que no te dieron y que tú no te das. Es buscar la forma de cerrar un ciclo, cerrar un asunto pendiente, una Gestalt inconclusa. Esa es la insatisfacción profunda de estar sumido y enfocado en lo que falta, buscar fuera de mí lo que me falta, estar asomado a un abismo que te hace perder el equilibrio (porque el equilibrio sólo te lo puedes dar tu, el autoapoyo), y para no caer te aferras, a lo que sea, aunque sea un mísero pensamiento positivo entre cincuenta mil negativos, eso, ese abismo se llama carencia. Y es insaciable. Y hace que te aferres para bajar por él, al menos, despacio y no de golpe. Porque de golpe, el dolor es monumental, el vacío es inmenso. Y ese abismo es muerte, la aceptación de que la pérdida está, y tú estás con ella. Y lo que sucede es que eso no es cuestión actual, ese agujero negro que te absorbe cada vez mas no es de ahora, sino de antaño, del niño ese que vive en tu interior y que resultó herido. En la carencia se remueven cosas nucleares que con dificultad vas a poder entender y te van a dejar sin armas, porque las armas son solo tuyas, del adulto. Tu eres el único que puede bajar por ese abismo despacio y no es tarea de otro el ayudarte a hacerlo, porque cuanto mas otro necesites, mas carencia vas a vivir ya que el asunto del vacío existencial no es de ahora.frase-la-escasez-es-la-carencia-de-algo-y-de-esa-carencia-nace-el-deseo-pero-lo-mas-importante-no-es-dalmiro-saenz-182700

Entrégate, acepta, asume y vive la experiencia de no ser nada, de ser un mísero microbio en el universo, en el cual nadie te dijo que coño habias venido a hacer y tu, con tu empeño en encontrarlo, no paras de dar vueltas por esta vida sin que nada sea de tu agrado, con nada te conformas porque nada te llena la carencia, agujero sin fondo, agujero negro hyper espacial que debes atravesar para salir lanzado por el otro lado pero no al lugar donde tu esperas sino al lugar donde la vida te lleve, controlador. Eso sólo pasará al aceptar que no eres mas que un ser dirigido por algo mas grande que tu y que por mucha resistencia que pongas sólo vas a obtener mas dolor. Rendirte a ser dirigido y modelado por una consciencia que supera tu razonamiento, y hacerlo con humildad, vulnerabilidad, honestidad de ver, estar y permanecer en lo que sientes, sin escapar. Hasta traspasarlo. Y con compasión. Amándote, comprendiéndote, no juzgándote, tratándote bien podrás conseguir que el corazón no se te congele, no se vuelva duro sino que se ablande, podrás sostener y no entrar en la rabia, la ira o la envidia, o la avaricia ya que esto impide el avance y la felicidad.

Lao Tse nos invita a ir por la vía blanda, es más poderosa. El agua, yin, fluye, no tiene una forma definida, pero pulveriza las rocas. Los labios son los que protegen los dientes.

Y es que sentirse en la carencia no deja que puedas ser, porque si te permitieras ser lo que eres en un estado de carencia irías hacia la muerte, esa que la carencia te hace notar, que algo falta, te falta o no tienes, que no hay y que no se llena, ni se llenará porque la falta no es de ahora sino de niño. Y aunque en un estado de carencia no puedas ser tú, permanecer ahí sin querer cambiarlo hará que aceptes la muerte, dejarte morir en el abismo de tu propia falta de amor y renacer, revivir, remontar empoderado y lleno de amor, de respeto, dignidad, hacia uno mismo, y aceptación de lo que es, de lo que hay y de lo que hubo y quizás así, después de entregarte plenamente y de que mueras con tu carencia (y se que el vértigo que es brutal), podras volver a nacer y a vivir una vida con un camino por delante sin cargas
y sin buscar fuera de ti la responsabilidad de tus sentimientos
.

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