Como puede un sueño enfrentarnos a nuestra propia muerte

Como puede un sueño enfrentarnos a nuestra propia muerte

Si escuchamos los mensajes que nos transmiten los sueños poderosos, podemos tener una experiencia de despertar. Valga como muestra este inolvidable sueño que me contó una joven viuda avasallada por el duelo. Es un claro ejemplo de cómo la pérdida de un ser querido puede hacer que quien está de luto se enfrente con su propia mortalidad.

Estoy en el porche cerrado de una endeble cabaña de veraneo y veo una bestia grande y amenazadora, con una boca enorme, que aguarda a pocos metros de la puerta. Estoy aterrada. Temo que algo le ocurra a mi hija. Decido tratar de aplacar a la bestia con algún sacrificio y tiro un animal de paño a cuadros rojos por la puerta. La bestia devora el señuelo, pero no se va. Sus ojos arden. Los fija en mí. Yo soy su presa.

La joven viuda entendía claramente su sueño. Lo primero que pensó fue que la muerte (la bestia amenazadora), que ya se había llevado a su esposo, venía ahora a buscar a su hija. Pero enseguida se dio cuenta de que quien estaba en peligro era ella misma. Ahora le tocaba a ella, y la bestia había ido a buscarla. Trató de aplacar y distraer a la bestia con un sacrificio, un animal de paño a cuadros rojos. Sabía, sin que yo se lo preguntara, qué significa ese símbolo: cuando su marido murió, vestía un pijama de una tela como ésa. Pero la bestia era implacable: la presa era ella. La poderosa claridad de este sueño anunció una nueva e importante etapa en el tratamiento. La joven dejó de concentrarse en la catastrófica pérdida sufrida, para pensar más bien en su propia finitud y en cómo debía vivir su vida.
Del libro mirar al sol de Irvin d. yalom 

Dolor y sufrimiento, un acercamiento al proceso de duelo

Dolor y sufrimiento, un acercamiento al proceso de duelo

Todas las Virtudes provienen del Amor y todas las Pasiones del Temor.

El Hombre, la Naturaleza y el Universo se comprenden fácilmente a través del desplazamiento entre polaridades: el frío, el calor; la oscuridad, la luz; lo seco, lo húmedo; lo masculino, lo femenino; el ying, el yang; son sólo, algunos ejemplos que nos permiten entender la realidad como un continuum entre opuestos. Esos opuestos son, en la medida en la que nos desequilibramos y nos identificamos en un sólo extremo, los que nos impiden conectar con la otra parte del polo y por consiguiente, poco a poco ir alienandonos de nosotros mismos y de nuestro propio ser.

Así también desde un punto de vista psicológico podemos entender la naturaleza y el comportamiento humano como expresión de de una polaridad básica y fundamental: EL AMOR Y EL TEMOR. El Amor como fuerza integradora al servicio de la cohesión, la unión, y que obviamente nos acerca al entorno. El Temor como fuerza disgregadora, separadora y desvinculante que nos lleva al distanciamiento, al aislamiento.

Todas las Virtudes provienen del Amor y todas las Pasiones lo hacen del Temor.

Y hablando ya acerca del dolor y el sufrimiento, podriamos resumir en que el sufrimiento pertenece al Temor, mientras que el Dolor es la cara triste del Amor. Dos caras de la misma moneda. Mientras el Sufrimiento se alberga en el pasado o en el futuro, el dolor se vive en el presente. Mientras el Sufrimiento está en la cabeza, el Dolor está en el corazón. Mientras el Sufrimiento (nos) separa, el Dolor (nos) acerca. Mientras el Sufrimiento se rodea de resentimiento y culpa, el Amor se rodea de comprensión y perdón. Mientras el Sufrimiento termina en desesperación y angustia, el Dolor en Agradecido Recuerdo*.

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