¿Cómo es una sesión típica de Gestalt?

Animas al paciente a que exprese en cada momento lo que siente, a mantener la atención en la experiencia inmediata. El terapeuta ayuda a traducir en palabras y desenmascarar esos sentimientos. Tiene mucho de técnica dramática, de teatro, para sacar a la luz las emociones. Si alguien frunce el ceño al hablar, se le invita a que exagere el gesto, a hacerse consciente de esa postura, para ayudarle a sacar lo que está bloqueado. La diferencia con el psicoanálisis es que pasa de la intelectualización y se centra en sentir. Por ejemplo, a una persona que padecía un tic, el terapeuta le propuso que lo ejercitara a diario ante el espejo, que lograra hacerlo de forma voluntaria, incluso exagerarlo en ocasiones. Al hacerse dueño del tic, este desapareció.

¿Para qué sirve sacar lo que uno siente?

Las emociones conscientes no hacen daño y pueden modificarse. Pero si uno no tiene conciencia de su enfado o su tristeza, sufre un daño psicosomático o proyecta la emoción negativa a los demás sin darse cuenta, con lo que acaba aislado. En cambio, si sabes lo que te pasa, es como cuando te miras al espejo y te ves despeinado: sacas el peine y te arreglas. Además, a veces al vivir conscientemente una emoción, reconoces que es absurda. Por ejemplo, cuando pensamos que quejándonos vamos a conseguir más cosas, cuando es al revés.

Ésto es un extracto de la entrevista realizada por Muy Interesant a Claudio Naranjo, discípulo director y precursor de Terapia Gestalt. Si quieres leer el artículo completo, haz clic aquí